Contemplando el lugar [libre]

Sus grandes ojos grises miraban el lugar por completo.

Haya, a lo lejos el pueblo, y más cerca la Mansión. Suspiro alejándose del barandal para sentarse en un rinconcito abrazando sus piernas, escondiendo el rostro en sus rodillas.
Impuras lágrimas recorrían sus mejillas mientras se mordía el dorso de la mano, acallando sus sollozos.

Un contante dolor en el pecho le aclaraba que había tenido suerte, que su mismo Padre pudo haber acabado con él, que el ‘hombre’ al que amaba pudo haberlo sufrir más.

- ubertas detén moestitia. vestri him EGO precor *

Murmuro en latín. La primera lengua según las escrituras sagradas, y su ‘idioma’ materno.

Aun lo extrañaba. Cada noche necesitaba de él, de sentir el calor de su cuerpo contra el suyo. Quería volver a verlo, al menos, pensar que no lo había dejado por lo que era: un demonio.

- ¿donde estas? they animadverto pro meus sake. vestri senior , vestri insolitus *

Sollozo. Rogando que volviera por él.

[La primera es: basta… detén este dolor… te lo suplico. La segunda es: ¿donde estas?, ven por mi... te amo, te extraño...]

El pequeño rubio dianbulaba por el balcon junto a su fiel can, reia divertido y suspirando pues las cosas no habian ido como el queria. Sentia en frio viento que chocaba cobtra su cuerpo llegando a estornudar -..ahhh cielos creo que me voy a resfriar..- su tono era jugueton y aunque no habia visto nada el can se habia puesto alerta -...que ocurre Kiragane?..- el rostro del chico se torno en una confusion al ver como el lobo blanco tan imponente corria y ladraba .
No se detubo a esperar y siguio a su acompañante, atento a como se detenia y le ladraba a un bultito en una esquina del lugar, cuando se aproximaba pudo distinguir que era mas que eso. Tomo del cuello a su lobo para que dejara de ladrar -...apartate!!..- le grito pues aun no entendia por que habia reaccionado asi.
lo siento....pero no deberias de estar aqui ..- le susurro suave mientras acariciaba su nuca y sentia la suavidad de esos cabellos claros. Se detuvo, pudiendo escuchar lo sollozos ahogados del pequeño, suspiro suavemente y se quito la polera para pasarsela por lo hombros -...esta haciendo frio...asi que al menos con esto estaras mejor..- se sento de cunclillas y quedo frente al chico, mirandolo detenidamente -..si te puedo ayudar en algo con gusto lo puedo hacer..- susurro en un ultimo esfuerzo por que dejara de llorar aunque no sabia el motivo, no le gustaba ver llorar a las pesonas.

Había escuchado los ladridos y gruñidos de algún perro. Quería ignorarlos, ignorar al mundo entero, cerrar sus oídos a cualquier sonido. Excepto a uno… y no era a la voz de aquel chico. Y mucho menos a los ruidos del can.

Se estremeció ante la suave caricia antes de mirarlo con los ojos anegados en gruesas lágrimas. En un acto reflejo, necesitando algo o alguien, lo abrazo.

Así de simple, con su lado más vulnerable a la vista. Escondió el rostro en su hombro, llorando largamente, aferrándose a su espalda.

Conocía el idioma y pocas veces lo hablaba, por lo cual susurro en el mismo dialecto que el uso.

-lo siento tanto… no quiero… no… por favor, n-no me dejes… por favor

Sollozo, mordiéndose el labio inferior, sintiendo el alma partirse, llorando a su hombro y susurrando a su oído.

Abrió los ojos como platos al sentir como ese niño se aferraba a el sin ninguna aviso, sintió como esa lagrimas se hundían en su hombro, Le miro de reojo, viendo mas de cerca sus cabellos castaños y a penas pudiendo percibir el claro tono de su piel, Suspiro un poco mientras le abrazaba y hacia suaves caricias sobre su espalda como si fuera una madre a su hijo que trata de hacerlo dormir
no tienes que pedirlo de favor...no pensaba dejarte solo..- le susurro suave mientras entrecerraba sus ojos y de la misma forma que el chico había hecho, el recargaba su menton sobre su hombro mirando la oscuridad del lugar.
llora todo lo que quieras... desahógate que yo estaré contigo hasta que lo necesites..- seguía acariciando su espalda para pasar una de sus manos de nuevo sobre su nuca y acomodando sus cabellos.

¿Qué era peor? ¿Sentir su suave caricia, el tacto delicado de su mano y sus encantadoras palabras? ¿O el hecho de que otra persona había hecho lo mismo? Las mismas palabras, los mismos gestos… que dolor.

Beso con cuidado su cuello níveo, suspirando ante su aroma humano. Sus menudos brazos los abrazaron por el cuello, antes de sollozar, tratando de controlar su agitada respiración.

-m-muchas gracias… lo lo siento tanto… nunca quise… es que…

Se separo un poco de él, bajando la mirada, apenada, avergonzada, sonrojada y con los ojos enrojecidos.

-muchas gracias… soy Allen Bennet… un gusto

Ese gesto le sorprendía aun mas, tembló un poco al sentir su respiración sobre su cuello. Soltó lentamente sus brazos a su alrededor viendo su rostro enrojecido por su llanto, no pudo evitar sonreirle mientras le tomaba suavemente del mentón para que lo mirara
me alegra poder ayudarte y no te disculpes no es nada..- su voz era suave y tranquila con un leve tinte de alegría
sabes que alguien tan angelical no debe de andar solo por estos lugares...- susurro suave mientras pasaba una de sus manos quitando sus lagrimas que recorrían sus mejillas sonrojadas, le dejo ver una sonrisa al escuchar su nombre
-tiene un hermoso nombre...el mio es Len Kizaragui y mi amigo es Kiragane...creo que el deberia de disculparse por ladrarte..- se levanto para quedar de frente al chico y extenderle la mano -...sera mejor que vallamos a un lugar mas calido no quiero que te resfries Bennet-chan..-

Se sonrojo, al sentir su mano retirando sus lágrimas. Lágrimas impuras como él. Su voz era suave y lo tranquilizaba. Tan suave como cuando el cantaba.

Asintió con la cabeza, mirándolo aun sonrojado.

-lo sé… tenía que pensar…

Admitió bajando la mirada. Tomo su mano suave levantándose con agilidad sorprendente. Lo miro, lo cual provoco un sonrojo más intenso, volviendo a bajar la mirada.

-tú te vas a enfermar Len… no quiero eso…

Susurro mirándolo antes de negar con la cabeza. Sus bonitos cabellos se movieron.

-tan solo Allen… por favor

Su mano era realmente muy suave lo que le sorprendio por sobremanera, la afirmo suavemente contra la suya aunque el verle levantarse tan agil le dejo mas tranquilo
jejeje no me enfermo facilmente Allen asi que no te preocupes por mi..- le sonrio aunque aun lo veia cabizabajo.
Le tomo la otra mano intentando hacer que levantara la mano pero enseguida noto algo que le llamo la atencion soltandole una mano para tomarle suavemente del menton y hacerlo que le mirara
sabes que eres mas alto que yo..- susurro suavemente sin dejarle de sonreir soltandole el menton para acomodarle esos mechoncitos de sus cabellos castaños colocandolos a los costados de su rostro
eres un angelito..- le dijo mientras le sontaba los cabellos para mirar a su lobo -...debes de disculparte..- le dijo imperativamente. El lobo agacho la cabeza y las orejas acercandose de nuevo al chico pero esta vez lamiendo su mano
ven vamos adentro..- le jalo suave sin llegar a lastimarle para que le siguiera.

-de acuerdo…

Acepto en voz baja, mirándolo con curiosidad. Sonrojado sonrió ligeramente, dándole un aspecto más delicado.

-centímetros mas alto que tu Len

Corrigió mirando al lobo blanco. Era precioso. Tan blanco como la nieve o sus propias alas. Le acaricio la cabeza, pasando sus finos dedos por su pelaje, acariciándolo detrás de las orejas.
Una risita escapo de sus labios cuando el can lamio su mano, antes de seguirlo, reconfortándose con la suavidad de su mano y la cercanía de su cuerpo.

-¿Qué estabas haciendo aquí?, si puedo saber…

Inquirió ladeado un poco la cabeza, moviendo mechones de su cabello. Su mano era tan cálida… era encantadoramente dulce, le traía paz interior. Se sentía a gusto estando a su lado.

jejeje si por centímetros pero aun así es mucho..- sonriendo ante los finos rasgos de su rostro y el rubor que le hacia ver muy adorable.
pues andaba rondando el lugar....nos sentíamos muy solos encerrados en la habitación y pensamos en dar una vuelta pero nunca pensamos en encontrarnos con un niño tan lindo...- le oprimió la mano suavemente -..debes de tener hambre, querías ir a cenar con nosotros Allen?..- le dio un suave golpecillo en la frente para acercarlo a el y hacer que le siguiera.
cierto, también deberás de buscar una habitación para ti en la mansion....- alzando la mirada para ver al frente -...por que acabas de llegar, asegúrate de escoger una muy bonita ..- camino despacio sobre el balcón, escuchando el crujir de la duela y sonriendo pues algunas hacían un chirrido como de pajarillas.

Lo miro escuchándolo, sonriendo ante su primer comentario.

-soy muy pequeño entre… ángeles, de edad y estatura

Musito en voz baja, antes de aceptar su invitación de ir a cenar con ellos. En realidad no tenía hambre, pero no debía ser descortés. Primero estaban los modales.

Rio de gozo, asintiendo con la cabeza.

-espero encontrar una bonita… no me gustaría estar en una fea

Murmuro fingiendo alegría. Ninguna habitación le gustaría, ninguna donde estuviera solo. Y tampoco podría dormir. Igual que todas las noches, se repetiría lo mismo.

Lágrimas y sollozos que lo mantendría alerta. Largas sombras que subirían por su cama, que tocarían su menudo cuerpo con desprecio. La oscuridad lo sumiría en un terror que ni siquiera la luz pura que poseía su cuerpo podría hacerla desaparecer.

Tan solo la luz del alba confortaría su alma, y él…

Se quedo pensativo con la mirada baja, escuchando las risitas de Ln pero no las razonaba… ya empezaba a tener miedo.

color=red]entonces no me equivocaba..-[/color] dijo efusivo para girarse y detenerse
que eres un ángel, nunca antes había visto uno hasta ahora....- se detuvo un instante pero enseguida siguió su camino hasta topar con la entrada , era un gran ventanal con un marco color blanco que era cubierto por extensas cortinas de color rojo aterciopelado.
El chico rubio se debuto jalando la manija parra correr la ventana y abrir el paso. Entro primero para correr las cortinas y dejarle el paso libre a su acompañante -...aunque aun no entiendo que hace un angelito por estos lares...- mirándolo atento para afianzare la polera sobre sus hombros.
bien ya esta, al menos asi no se te caera...- le dejo ver una sonrisa, mientras el lobo entraba para correr en el lugar, Suspiro viendo como su can no le obedecía aun a no hacer su desastre en los interiores. Le grito pero el lobo seguía jugueteando, saltando de un lado a otro y corriendo desenfrenado hasta tirar al rubio y lamerle el rostro.

Le sonrió, mirándole con afecto.

-era el estudiante de un arcángel

Explico con una sonrisa. Una sonrisa de tristeza en el fondo. Miro el lugar, las cortinas de terciopelo.

-que bello lugar…

Susurro sonrojándose a su acción. Evitando el tema de por qué estaba ahí, rio al ver como el lobo corría por el lugar. Era una escena linda. Amo y mascota jugando como si tal cosa.

-eres muy divertido Len

Comento sonriendo entre risitas.

tu lo crees, yo diría que así me hace ver Kiragane..- haciendo un puchero volviendo a fijar su vista en el can -..chistoso diria yo..-
asi que eras el aprendiz de un Arcangel...eres muy interezante..- seguia hablando de espaldas al castaño
mmm no he visto a ninguno pero creo que estaras bien e la escuela de aqui... nos la pasaremos muy padre..- se giro parcialmente para poder mirarlo de reojo -..por que te quedaras por aca verdad Allen??..- susurro bajo pero que le pudiera escuchar su receptor. Una suave sonrisa se dibujo en esus labios
Bien sera mejor que vallamos al comedor que debes de tener hambre ademas estas muy delgadito..- sonrio para seguir caminando por el lugar.

Rio ante su comentario.

-si tu lo dices…

Frunció ligeramente el entrecejo, con tristeza. Agradeció en silencio por que estuviera de espaldas a él, a si no vería ese lado suyo.

-me quedare aquí, si, no… puedo regresar a mi hogar

Explico antes de echarse a reír por lo que había dicho. Una risa musical.

-soy delgado, es distinto…

no es que me sienta feliz por que no puedas regresar a tu casa pero me alegra al menos que puedas jugar con nosotros...- se quedo pensando un poco -..ah espero que me hallas entendido es que de repente no encuentro las palabras..- rio nervioso rascandose la cabeza un poco y suspirar tranquilkamente
si de delgadito a delgado es diferente...pero aun asi debes de alimentarte bien..- rio divertido soltando carcajadas que se escuchaban en el gran salon.
la mayoria no puede o no quiere regresar a su casa...pero al menos aqui podemos andar y crear cosas nuevas..- susurro algo melancolico pero enseguida le cambio al ver como el lobo regresaba campante a su lado

-te entiendo, tu tranquilo

Rio con el ceño ligeramente fruncido. El era delgado, de hecho, no creía nunca haber visto un ángel que podría llamarse ‘gordo’. La gula era pecado capital.

Lo miro fijamente notando el aire melancólico que desprendía. El mismo aire, el mismo aroma de la tristeza, el aroma que desprendía él.

-me quedare contigo Len, aquí….

Aseguro con una dócil sonrisa en los labios.

sabes que eres realmente muy dulce Allen..- mirando el techo del salon para suspirar
bien andando que no falta mucho para llegar al comedor..- camino seguido del lobo a su izquierda quien ahora ya estaba mas tranquilo,
si quieres despues podemos acompañarte a las habitaciones..- su rostro habia vuelto a relucir en alegria, no le gustaba sentirse triste asi que hacia lo posible por mantenerse bien

Le sonrió con un ligero sonrojo.

-gracias Len…

Murmuro bajito siguiéndolo mirando el lugar por completo. Al escucharlo sus ojos grises se iluminaron y sus labios formaron una sonrisa esplendorosa.

-muchas gracias, me encantaría que me acompañaras.

Se giro al escucharle para regresar unos pasos y tomarle de la mano
entonces no se diga mas comamos un poco y despues vamos a buscar habitacion..- apunto con su mano hacia el frente con gran ilusion para jalar al chico hacia la salida del corredor
dime Allen que se te antojaria comer...- dijo pensativo mientras habria la gran puerta que llevaba al inmenso comedor.

Rió al verlo. Su carácter le agradaba, era parecido al del resto de los ángeles… era magnifico.

Ante su pregunte lo dudo seriamente. En realidad por lo poco que sabía, un ángel podía comer, pero no era necesario puesto la gracia divina los cuidaba… pero él era un exiliado…

-lo que tu vayas a comer

Respondió con una ligera sonrisa. No quería decirle el motivo del porque estaba ahí.

sabes deberias de decir que es lo que a ti te gusta..- se detuvo mientras entraban para verle y acercar su rostro hasta quedar a centímetros del castaño. Parpadeo un par de veces y después le sonrió

pero ya que te veo renuente a decirme lo que te gusta entonces yo te diré lo que a mi me gusta...- le dio un golpe suave en la frente para separarse y caminar detras del lobo quien no se habia detenido a esperar

comeremos pasta y un delicioso helado...- mientras se lamia los labios y oprimía sutilmente la tersa mano del niño.

y para beber que sea vodka con jugo de mango..- sonrió picaramente mientras se llevaba su indice a sus labios. Se detuvo de frente a la gran mesa que siempre se encontraba llena de los mas grandiosos manjares pero que solo las pastas y los dulces así como aquella deliciosa bebida le llamaban la atención.

-lo que pasa esque…

Empezó antes de sonrojarse violentamente al verlo tan cerca. Comenzó a tartamudear.

-y-yo… nosotros l-los ángeles…

Cuando se separo suspiro aliviado antes de extrañarse por el menú. ¿Desde cuándo se cena pasta y helado y sobre todo acompañado de vodka con jugo de mango?
Algo hizo click en su cerebro antes la palabra vodka.

-Len ¿sabías que no puedo tomar vodka? Es malo para nosotros o al menos para mi

Cuando escucho aquello de que era malo, se giro abruptamente para abrir sus ojos como platos y después reír desenfrenado

lo siento Allen no lo había pensado pero como no me habías mencionado nada cuando pregunte..- sonrió para darle el paso al castaño y jalando una silla para que se sentara

pero que bueno que me lo dices...entonces dejemos de lado el vodka y elige algo de beber...- al tiempo en que se recargaba contra la mesa para tomar lo que había escogido. Tomo el plato de pasta junto con un vaso lleno de jugo para ponerlo frente al lugar en donde se sentaría y enseguida tomar asiento mientras le sonreía a su acompañante.

Le hizo mala cara al escucharlo reír de ese modo, sin embargo guardo silencio. Los pensamientos era mejor guardárselos.

-entiendo…

Fue lo único que respondió antes de sentarse en la silla que le ofrecía. Dudo un momento respecto a lo que quería tomar. Entonces se le ocurrió algo.

-¿Len?- empezó con timidez -¿crees que sería posible que pudiera comer una manzana?- pregunto en voz baja, sonrojado.

El motivo era simple. Siendo ángel no podía comer ‘la fruta prohibida’ pero ahora que lo pensaba un poco, siempre había querido saber a qué sabía… y era un ángel exiliado.