Admirando la hermosa fuente (Shiki y libre)

*Despues de que la moneda decidiera por ellos, Cheisen con su amigo Shiki se encaminaron hacia el pueblo, la noche era presiosa, en el cielo las estrellas brilaban con intensidad dando un espectaculo digno de admirar, caminando y curiosando por los alrededores, llegaron ante la imponenete fuente. Cheisen al observarla se quedo sin palabras, nunca había visto una construción tan hermosa, tan perfecta.*
- Es preciosa.
*Fue lo unico que articularon sus labios, luego en un rapido impulso empezo a jalar a su amigo de la mano para que se acercaran más a la fuente*

Bien, nunca había creído en el destino ni tampoco había tenido a alguien que realmente pudiera llamarse ‘amigo’.

Con que facilidad cambiaban las cosas.

Su mirada gris estaba alzada al cielo, admirando las estrellas… cuando se detuvo Cheisen se volvió para mirarlo, antes de seguir la trayectoria de su mirada.

No podía estar más de acuerdo con él. –Hermoso- corrigió admirándola, sintiendo la mano de su amigo jalándolo para acercarse a la fuente.

*Cheisen se acerco todo lo que pudo a la fuente, para poder apreciar mejor su belleza*
- me pregunto quien habra construido algo tan hermoso, hasta el momento ha sido lo más ihermoso que hemos encontrado en el pueblo.
*toco con algo de timidez el material con que estaba construida la fuente*
- Me pregunto que material sera este

Lo miro, siguiéndolo poco después, ante todo los modales.

-cierto… me gusta mucho, es verdaderamente linda- susurro acercándose para verla mejor.

Rió entre dientes por su pregunta.

-no lo sé…-

- al parecer no solo la mansión es misteriosa, sus alrededores tambien lo son, fijate pareciera que la estatua esta rezando y nunca habia visto unos colores tan hermosos para pintar flores.
*Toco uno de las flores, al parecer eran del mismo material de la estatua*
- de donde yo vengo no habian cosas tan bonitas.

Le sonrió, comprensivo encogiéndose de hombros.

Por un momento de su vida no quería pensar.

-¿de dónde vienes, Cheisen?, si puedo saberlo…

Pregunto educadamente, mirándolo.

*Pensó unos momentos en que respopnder, luego miro a su amigo y con algo de seriedad respondio*
- Vengo de un monasterio, o mejor dicho vivia alli y tu de donde vienes?.
*Le traia demasiados recuerdos agradables y desagradables el recordar de donde venia.. supongo que es a lo que llaman nostalgia... penso.

-ya veo- susurro, mirándole con pena.

Sorprendido, rió entre dientes, evitando mostrar el lado vulnerable.

-viví en dos lugares antes de llegar aquí, ignoro su paradero, pero… es mejor así- respondió tranquilo, escondiendo sus manos en los bolsillos de la chamarra.

Lo escucho antes de negar con la cabeza.

-la gente tiene sus razones, aunque no sean las correctas- susurro bajando la mirada.

Su tío había tenido razones, sin embargo nunca las supo. Y tampoco habría querido saberlas.

-si pueden quitarla de aquí, pero espero que no lo hagan es realmente muy hermosa – comento mirando la fuente y de vez en cuando a Cheisen.

-¿Por qué causarías problemas si regresaras al monasterio?- pregunto cortésmente, mirándolo.

- Porque ise algo horrible en ese lugar.

*dice bajando apenado la mirada*

- Es algo que me averguenza demasiado.... para los monjes soy una especie de mounstruo y lo mejor es que este lejos de ellos, de esa forma no causare molestias y penas.

*suspiro resignado mirando nuevamente la estatua*

- Es bastante angustiante el vagar de n lado a otro sin saber donde vas a poder quedarte.